miércoles, 17 de noviembre de 2021

Los Onas y sus misteriosos rituales.

 

¿Quiénes eran los onas o selknam?

En los confines australes del planeta, en la Isla Grande de Tierra del Fuego, habitó este pueblo indígena nómade y cazador. Estaban emparentados con los tehuelches o patagones que habitaban al norte del Estrecho de Magallanes, aunque con tradiciones distintas. Su religión era politeísta y creían en algo parecido a un cielo y un infierno después de la muerte.

Físicamente, los hombres destacaban porque, a diferencia de la mayoría de los amerindios, eran muy altos y corpulentos. Ambos sexos tenían una resistencia excepcional al frío extremo de esas latitudes. Basta ver que en la mayoría de fotografías están desnudos o semidesnudos, cubiertos parcialmente con pieles de guanaco, su principal presa y fuente de subsistencia. De hecho, como protección contra el frío, los onas se recubrían el cuerpo con grasa de guanaco, algo que les ayudaba a mantener el calor corporal.

Relación de este pueblo y el origen del nombre “Tierra del Fuego”

En 1520, Magallanes cruzaba el canal que llevaría su nombre. Aunque su tripulación no tuvo contacto directo con los onas, en las tierras del sur del canal vieron una gran cantidad de columnas de humo, sin duda provocadas por hogueras. Las mujeres ona tenían la responsabilidad de mantener siempre vivo el fuego para calentarse y recibir a los hombres de sus cacerías. Esta costumbre provocó, a ojos de los primeros europeos, el nombre “Tierra del Fuego”.

El h’ain o el ritual de iniciación ona

Para los onas no había etapa de transición entre la niñez y la edad adulta. Un rito iniciático (reservado solo a los hombres) certificaba la madurez, mediante la revelación de los secretos tribales. El chamán se encargaba de liderar todo este ritual, además de imponer toda una serie de duras pruebas de moral, coraje y resistencia física a los niños que debían dejar de serlo. Este rito se realizaba en una de sus construcciones alejadas del campamento, para proteger toda la ceremonia de las miradas curiosas de las mujeres.

El mito detrás del h’ain

a) La era de la dominación de la mujer
Los onas creían firmemente en una mitología que narraba cómo, en tiempos inmemoriales, las mujeres ostentaban el poder y mantenían subyugados a los hombres. Y lo hicieron de una forma muy ingeniosa: contaron a los hombres que existía un monstruo del inframundo llamado Xalpen, que exigía carne de caza o los hombres empezarían a ser devorados. Las mujeres, lideradas por Kreeh, eran las únicas que podían hacer de intermediarias con esa bestia maligna y otros espíritus. Para hacer creer a los hombres esta historia, muchas féminas, con máscaras y pintando su cuerpo, hacían apariciones sembrando el terror entre los hombres sometidos, quienes debían cazar, recolectar alimento y cuidar de los niños, mientras las mujeres fingían aplacar espíritus malignos.

b) El descubrimiento de la mentira 
Un hombre, marido de Kreeh, descubrió el engaño al escuchar a mujeres burlarse de la ingenuidad de los hombres. Reunió a todos los cazadores de la tribu y asaltaron la choza de las mujeres, matándolas a todas. Solo Kreeh logró huir y, en esa interminable escapada con su marido pisándole los talones, Kreeh se convirtió en la luna (magullada por la pelea que tuvo lugar) y su marido (Kreen) se convirtió en el sol. Ambos fueron condenados a perseguirse eternamente.

c) La inversión de roles
Los hombres, heridos en su orgullo, decidieron adoptar el engaño e instaurar un nuevo orden sobre las niñas, las únicas supervivientes de la matanza que aún no habían sido iniciadas en el h’ain. Se abría una nueva era de poder.


Las pinturas y máscaras del hain

De acuerdo con el mito, los hombres tenían el deber de representar los espíritus con el propósito de mantener su supremacía y un orden favorable. Así se explica el secretismo y exclusividad masculino de este ritual.

Las máscaras, echas de madera y/o cuero de guanaco, se repetían en cada h’ain. Cada una de ellas representaba a un espíritu que tenía su personalidad y rol diferencial. El “actor” debía tener una actitud y movimientos acordes con el espíritu que tenía que representar.

Las pinturas ceremoniales tenían un valor simbólico y se hacían con arcillas. Hombres y mujeres que no representaban a ningún espíritu también se pintaban el cuerpo y el rostro de una forma más discreta, aunque no tenían permitido lucir máscaras.

La verdadera historia de los Zoológicos Humanos.

Durante el siglo XVIII- XIX la sociedad intelectual europea sentía una gran fascinación por lo desconocido y exótico. Parte de esta fascinación fue dirigida a grupos nativos de diversas latitudes alrededor del mundo. Así se comienzan a traer grupos de indígenas para observarlos, estudiarlos, y compararlos con la raza civilizada: la blanca europea. Con esto se crea el concepto de “Zoológicos Humanos”.


El zoólogo alemán Carl Hagenbeck, que en un principio se dedicaba a la muestra animal y al circo, se especializó en llevar grupos de indígenas “puros” desde África y Asia, recreando su hábitat y costumbres. Con esta corriente se comienza un boom por traer de todas partes grupos de autóctonos y sus costumbres, en donde Chile no queda excluido.

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fueguinos y mapuches en el Jardin d´Acclimatation de París, siglo XIX. Christian Báez y Peter Mason.

Hay un primer intento de Hagenbeck en 1878, para llevar fueguinos pedidos por la Berliner Gesellschaft für Anthropologie Ethnologia und Urgeschichte (BGAEU), pero el gobernador de Punta Arenas de la época, Carlos Wood Arellano, quien asegura que debido a la nacionalidad chilena de los fueguinos no pueden ser trasladados.  

Es el mismo Carl Hagenbeck que en 1881 fue la cabeza del rapto de once kawesqar (alacalufes), comandado por Johann Wilhelm Wahlen y el Capitán Schwers. Se presentaron en Berlín, Leipzig, Múnich, Stuttgart, Núremberg (Alemania) y Zúrich (Suiza) en donde solo quedaban cuatro integrantes del grupo, razón por la cual Hagenbeck decide enviar de vuelta a su tierra a los sobrevivientes.


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Zoológicos humanos: Fotografías de fueguinos y mapuches en el Jardin d´Acclimatation de París, siglo XIX. Christian Báez y Peter Mason.

En el año 1883  se presentaron catorce mapuches en París en el Jardin d´Acclimatation, el cual se caracterizaba por exponer especies de animales exóticos, lugar que hoy es un parque de entretenciones. Sin embargo, este pasó a ser uno de los escenarios principales en la aclimatación de grupos humanos en su “hábitat natural”. No se sabe a ciencia cierta si el grupo de mapuches fue forzado a viajar, ya que Richard Fritz era cercano a las familias mapuches.

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 Zoológicos humanos: Fotografías de fueguinos y mapuches en el Jardin d´Acclimatation de París, siglo XIX. Christian Báez y Peter Mason.

En 1889, Francia conmemoró los 100 años desde la Revolución Francesa y celebración de los valores de la “libertad, igualdad y fraternidad”, y para esto, preparó una gran Exposición Universal, en donde Chile participa con la construcción del Pabellón Paris, que hoy se encuentra en la comuna de Estación Central de Santiago con el nombre de Museo Artequín.  
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          Fotografía Pabellón de París en 1889, Archivo de LOC (Library of Congress, USA)

En paralelo, se lleva a cabo una exposición de 11 fueguinosraptados por el empresario ballenero belga Maurice Maître. Luego de la exposición en Paris, son llevados a Londres (Inglaterra), en donde la South American Missionary Society, al ver los maltratos y deshumanización en el proceso, busca devolver al grupo de onas sobrevivientes a su tierra. Maître escapa a Bruselas (Bélgica), con el grupo de indios cada vez más reducido. Carlos Antúnez, en ese entonces embajador de Chile en Francia, interviene y logra junto a otros diplomáticos devolver a los sobrevivientes a Punta Arenas.

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Maurice Maitre y grupo de indigenas en la Exposición Mundial de París, 1889. Aporte de Eduardos Paredes

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892 se conmemoró en España el IV Centenario del Descubrimiento de América. Este tipo de celebración no dejaba fuera a otros países, como hizo Italia al incorporarse con la Exposición ítalo-americana en Génova, celebrando la ciudad de origen del descubridor de América, Cristóbal Colón. Es en esta instancia donde se desarrolla la “Exposición Misionera Católica en América”, en donde se exhiben grupos de indígenas “civilizados” por la fe católica. Participa en ella el sacerdote de la orden salesiana  José María Beauvoir, quien llevó consigo un grupo de fueguinos y mapuches para mostrar los frutos de la misión. Este viaje no tuvo inconvenientes de raptos o muerte, y todos volvieron a sus tierras.
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 Fueguinos y mapuches en la Exposición ítalo-americana, Génova 1892. Aporte de Eduardo Paredes

Aunque se han relatado otras exposiciones de indígenas mapuches o fueguinos en Europa, no se sabe a ciencia cierta si esto pasó.

La peculiaridad por estos pueblos al fin del mundo hizo que muchos intelectuales de la época se detuvieran en diversos puertos en los confines del continente americano a estudiarlos, así como lo hacían en el viejo continente. Entre los apuntes comparados, se hablaba de una inferioridad evolutiva. Reflejo del pensamiento europeo en donde ser blanco era sinónimo de civilización. Se crea un imaginario de jerarquía de razas en donde los grupos indígenas de Tierra del Fuego y Araucanía eran considerados de inferioridad racial.

Existe una gran cantidad de fotografías de nativos fueguinos (selk’nam, yaganes y kawesqar) en cubiertas de barcos o buque, las cuales han sido mal catalogadas como parte de los raptos o traslados de los autóctonos fueguinos a zoológicos humanos en Europa. Sin embargo, se comete un error, ya que gran parte de estas fotografías fueron tomadas por expediciones extranjeras, y que provocaban la curiosidad de estos grupos nativos que se acercaban buscando alcohol, comida, entre otras cosas. Podemos ver una descripción de esto en los escritos de Martin Gusinde, sacerdote salesiano que hizo un estudio etnográfico de los habitantes originarios de Tierra del Fuego, y gran defensor de los mismos.
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Fotografía de canoa kawesqar(alacalufe) acercandose a un buque en Puerto Edén. Aporte de Eduardo Paredes

Dentro de las fotografías mal utilizadas se puede nombrar a la expedición francesa entre 1882 a 1883 en La Romanche.
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Misión Cientifica francesa con la visita de yaganes en Cabo de Hornos, 1882-1883. Fotografías de Martin Gusinde en Tierra del Fuego (1919-1924). Marisol Palma Behnke

O las fotografías de Carl Skottsberg en el buque Meteoro, parte de la expedición sueca-magallánica entre 1907 a 1909.
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                                   Fotografías del Archivo Nacional de Austria 

En el nuevo periodo de colonización europea (siglos XVII-XX) nace el interés de estudiar las etnias repartidas alrededor del mundo. Estas etnias tenían como cualidad de ser humanos considerados “bárbaros” ante la idea de civilización europea del siglo XVIII. Charles Darwin, principal precursor, escribe sobre la selección natural en El origen de las especies, texto en que se funda todo experimento o maltrato hacia especies que anatómicamente se ven inferiores a la raza blanca europea. Ya que ellas no han logrado la evolución suficiente. Por tanto, se le puede dar una justificación a la creación de estos zoológicos humanos como una respuesta a la curiosidad antropológica de los pueblos civilizados.
         

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El Mercurio

El Genocidio del fin del mundo

 El relato de uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia. La patagonia, sus etnias y riquezas enfrentadas con el "Hombre blanco", conflicto que dio como resultado el "Genocidio Selk’nam".


La Isla Grande de la Patagonia se componía por nativos conocidos como fueguinos, dependiendo del sector en el que se encontraran se dividían en diferentes agrupaciones. Todos ellos eran cazadores nómadas y dependiendo de su distribución geográfica, cambiaban hábitos, vestimentas e incluso la manera de trasladarse. Los Kawesqar y Yamanas vivían entre canales, islas, fiordos y todo lo que compusiese el laberíntico paisaje costero del fin del mundo, por ello se trasladaban principalmente en balsas. 

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Grupo de Selk’nam caminando por la costa de Tierra del Fuego. Autor desconocido.

En el caso de los Selk'nam, que habitaban y dominaban las planicies y laderas al norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego, sus recorridos eran principalmente a pie. Una suerte de sobrevivencia permanente significaba que recorrieran largas distancias en busca de comida, entre las presas más cotizadas estaban el guanaco y lobos marinos, animales que frecuentaban la región.

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Postales de la Patagonia, Aporte de Eduardo Paredes: Selk'nam cazando guanacos, la presencia de perros delata una foto con intervención occidental.

La ocupación de la Patagonia se le denomina al período en que comenzaron a llegar occidentales atraídos por las riquezas naturales y potenciales faenas extractivas. Esto comienza a ocurrir durante la década de 1880 en adelante.
En primer lugar se dio paso a las estancias ganaderas, hablamos de grandes predios dedicados a la crianza de animales principalmente ovino y a la producción de derivados como la lana. Esto significó que las etnias originales tuvieran pérdida importante de su territorio y poco a poco fueron desplazados a otras tierras. Entre estos, los más perjudicados fueron los Selk´nam, quienes al no saber navegar quedaban a disposición de los nuevos "gobernantes".

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Foto Kohlmann, Aporte de Eduardo Paredes.

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60.000 ovejas. Foto de Tomás Franciscovic, Aporte de Eduardo Paredes

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Autor desconocido, Aporte de Eduardo Paredes

Está también la fiebre aurífera,donde se explotó gran cantidad de territorio por el preciado metal durante el siglo XIX.

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Aporte de Eduardo Paredes

Mientras la repartición de estancias a familias europeas le iba quitando terreno de caza para alimentación a los Selk'nam, también la explotación de minas auríferas iba dejando cada vez menos lugar donde encontrar alimentos para los nativos.

Para estas grandes empresas de estancias y extracción de metales preciosos los Selk'nam (conocidos como Onas para los foráneos) se estaban convirtiendo en un gran problema, ya que al encontrarse atrapados en Isla Grande entre estancias cercadas (cosa poco común en su habitual vivir) habían empezado a "robar" ganado, ya que encontraban en las ovejas una presa fácil y vulnerable. Frente a esto, los nuevos habitantes decidieron tomar medidas para evitar el continúo enfrentamiento y la pérdida de animales. 

Dentro de las soluciones que se dieron fue el destierro a Isla Dawson, en que la Misión Salesiana se encargaba de acoger a los pueblos originarios.

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Isla Dawson, campamento Salesiano. Aporte de Eduardo Paredes.                     

En lo que duró la instalación estanciera y la explotación aurífera, se dio algo más eficiente que el destierro, un nuevo tipo de empleo y solución  en las tierras de la Patagonia: los cazadores de indígenas. Sí, eran considerados una amenaza por lo que se pagaba por cabeza de Selk'nam muerto.

Julius Popper, rumano radicado en Argentina, parte con una expedición de búsqueda del preciado metal - el oro- viaja a Tierra del Fuego con el favor del Estado Argentino. Luego de su expedición publica un boletín, dando a conocer lo que se encontró en aquel lugar, las dificultades del viaje y el "enfrentamiento" contínuo con los nativos de lugar. Salen a la luz fotografías del grupo de expedición y el mismísimo Popper eliminando Selk'nam. A pesar de que estas fotografías revelan un conflicto cierto por combatir el uso de la tierra, también dan muestra de una desilguadad despiadada con aires de actividad casi recreativa.
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“Death on Display: Photographs of Julius Popper in Tierra del Fuego (1886-1887)” Marisol Palma y Carolina Odone, en 12 Perspectives on Selknam, Yahgan and Kawesqar. Carolina Odone yPeter Mason (eds.), Taller Experimental Cuerpos Pintados, Santiago. 

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“Death on Display: Photographs of Julius Popper in Tierra del Fuego (1886-1887)” Marisol Palma y Carolina Odone, en 12 Perspectives on Selknam, Yahgan and Kawesqar. Carolina Odone yPeter Mason (eds.), Taller Experimental Cuerpos Pintados, Santiago. 

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“Death on Display: Photographs of Julius Popper in Tierra del Fuego (1886-1887)” Marisol Palma y Carolina Odone, en 12 Perspectives on Selknam, Yahgan and Kawesqar. Carolina Odone yPeter Mason (eds.), Taller Experimental Cuerpos Pintados, Santiago.

Popper fue lo suficientemente osado para fotografiar sus actos, quedando dentro de la historia como el "Cazador de indígenas".

El pago por eliminar a los nativos de sus tierras fue una fuente de recursos muy popular en la época, porque era más fácil matarlos que "educarlos en la fe y buenas costumbres" como pretendían las Misiones Salesianas. Un caso emblemático es el estanciero José Menéndez Menéndez, quien era dueño de gran parte de la Isla Grande de Tierra del Fuego.

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Mockel & Cíe - revista Argentina Austral

Uno de los más conocidos integrantes de la estancia de Menéndez, en donde trabajó más de doce años, fue el escocés Alexander Mac Lennan. Su apodo "el chancho colorado" - o como lo apodó Lucas Bridges (estanciero protestante que resguardó a muchos Yamanas): Mc Inch - lo hizo muy popular dentro de los relatos tanto orales como escritos de aquella época.

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Autor desconocido. Aporte de Eduardo Paredes.

La fama que le procedió al "chancho colorado" lo llevó a ser muy deseado entre otros cazadores, pues para él era mucho más eficiente acabar con la molestia de raíz que malgastar el tiempo reuniendo a los nativos y luego tener que educarlos.
Pagaba muy bien por piezas del cuerpo humano indígena, por ejemplo: si se traía una oreja de indígena se les pagaba una libra. Con el tiempo la mercancía era cada vez más grande como cabezas, senos o testículos. 

Con eso se genera un grupo de hombres europeos especializados en la caza y muerte masiva de los Selk'nam y con ello un silencioso genocidio escondido en el fin del mundo que hizo muy poco ruido valórico en la época. Relatos cuentan cómo envenenaban a grandes grupos de indígenas luego de haberlos emborrachado, o cómo eran emboscados y luego ametrallados.

La Misión Salesiana, que se encontraba también en esa zona, decidió tomar medidas al respecto intentando resguardar a la mayor cantidad de nativos posibles. Fueron llevados a Isla Dawson, en donde fueron educados en la fe y en la cultura occidental europea. Se les cambió su forma de vestir, alimentación y quehacer. 

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Desorientados eran desterrados para evitar su caza y que se ocuparan de nuevas labores inculcadas por los Salesianos.

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Parte de los oficios enseñados. Aporte de Eduardo Paredes.

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Autor desconocido. Aporte de Eduardo Paredes.

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Autor desconocido.  Aporte de Eduardo Paredes.

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Selk'nam en la misión salesiana de isla Dawson en la visita del Presidente Errázuriz en 1899 (Francisco Bocco de Petris). 

La investigación del Padre Martin Gusinde en cuánto a la cantidad de nativos que quedaban en la misión mostró una abismante cifra decreciente luego de haber pasado cierto tiempo en Isla Dawson.

Las nuevas costumbres inculcadas a los Selk´nam que habían sobrevivido a los cazadores fue lo que terminó por extingirlos.
Con esto se termina por destruir una etnia completa, la memoria de un pueblo que vivía en absoluta armonía hasta la llegada de foráneos que no consideraron al pueblo Selk´nam como humanos, sino como animales que amenazaban su producción y riqueza.

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Aporte de Eduardo Paredes

domingo, 24 de octubre de 2021

PUEBLO ONA O SELKNAM


El Estado de Chile, sin duda, tiene una gran deuda histórica con los indígenas del territorio nacional y, probablemente, aún mayor con el pueblo Selknam, extintos de forma trágica de Tierra del Fuego.

Los Onas constituían un pueblo de cazadores recolectores pedestres de características físicas similares a los tehuelches. Vivían en pequeños grupos, formados por unas pocas familias, las que en conjunto sumaban más de veinticinco o treinta personas.

La variedad de alimentos con los que contaban, tales como guanacos, aves, huevos, vegetales y productos marinos, los llevó a dividirse en grupos de parientes que tenían su propio territorio, generándose disputas cuando los terrenos eran invadidos por personas ajenas al linaje.

El concepto de territorialidad de los Onas era extraordinariamente fuerte. Los individuos de un territorio o haruwen podían disponer libremente y de un modo racional de los recursos que existían en su interior, sin provocar su sobreexplotación y deterioro.

Los Onas estaban constituidos por dos grupos: los Selknam que habitaban el sector norte y central de la isla de Tierra del Fuego y los Haush, localizados en el extremo sureste.


Estilo de vida

La estructura social de los Selknam se basó en el patriarcado, organizándose en núcleos familiares y siendo mayoritariamente monógamos (sin obviar el hecho de que un hombre sí podía tener dos mujeres). Los hombres eran de elevada estatura y bastante robustos, mientras que las mujeres eran más bajas. Todos tenían que depilarse y mantener vello sólo en la cabellera.

Además, se pintaban los cuerpos para protegerse de las distintas condiciones climáticas, pero también para demostrar el estado de ánimo en que se encontraban. Destacó como vestimenta característica una larga capa de piel de guanaco, que colgaba desde sus cuellos hasta las rodillas.

De forma muy creativa, las mujeres Selknam adornaban sus cuellos con collares de conchas y de huesos de ave. Ellas también utilizaban una especie de delantal que les cubría desde las rodillas hasta la zona por debajo de los senos.

Prácticamente toda su vestimenta era confeccionada en piel de guanaco. De hecho, así lo hicieron con los zapatos, los cuales cosían con los pelos hacia afuera. 



Espiritualidad

El pueblo Selknam creía en chamanes y sabios, quienes ejercieron una especie de liderazgo religioso jerárquico: los adultos tenían autoridad sobre los más jóvenes. En el caso de los primeros, éstos llegaban a convertirse en chamanes siempre y cuando fueran aprendices de otro grupo de ellos. Y cuando se transformaban en uno, recibían un poder conocido como wáiuwin, el que utilizaban en tiempos de caza y también de guerra.

Este pueblo, creía en un espíritu superior, anterior al tiempo y que denominaban como el “ser que está allá arriba”, su nombre era Timáukel.



El genocidio Selknam

Más allá de una historia y tradiciones que parecen típicas, este pueblo padeció de una de las peores extinciones masivas. El genocidio Selknam se dio cuando a Tierra del Fuego comenzaron a llegar los colonizadores europeos y chilenos.

Estos nunca aceptaron la soberanía de los Onas, quienes intentaron resistirse a la invasión destruyendo las alambradas que los forasteros instalaron para dividir el territorio. No tuvieron éxito en su cometido, configurándose la desaparición de su raza.

Los extranjeros llegaron a ofrecer una libra esterlina por cada nativo asesinado. Para probar que se había matado a uno, debían llevar una oreja o mano como prueba. Los pocos sobrevivientes fueron deportados a Isla Dawson o Río Grande, donde misiones salesianas se hicieron cargo de ellos.

Para 1966 quedaban aún 13 indígenas de origen sélknam, la mayoría de ellos mestizos, en el sector argentino de la isla. En mayo de 1974, moriría en la ciudad de Río Grande, Angela Loij, la última india Selknam pura, quien antes de morir trabajó intensamente con la antropóloga francesa Anne Chapman en la reconstitución de la historia y cultura de su pueblo en un trabajo de gran valor antropológico e histórico.












Los Onas y sus misteriosos rituales.

  ¿Quiénes eran los onas o selknam? En los confines australes del planeta,  en la Isla Grande de Tierra del Fuego, habitó este pueblo indíge...